Schürmann (Anarquia) – Metamorfosis del transcendentalismo fenomenológico

«En lo que le es propio, la fenomenología no es una tendencia. Es el potencial del pensamiento —cambiando según los tiempos y, por ello, preservándose solamente— de corresponder a lo que es a pensar y que se dirige a ella»1.

Desde el comienzo la fenomenología significa para Heidegger algo distinto de un método. La retiene como una posibilidad, un «potencial». Husserl liberó una potencia de búsqueda que ahora se trata de [88] desarrollar y de radicalizar. «Por encima de la realidad está la posibilidad- La comprensión de la fenomenología reside únicamente en la aprehensión de esta en tanto que posibilidad»2. Para saber de qué modo el «asunto mismo», hacia el que Husserl recondujo la mirada, pudo acabar por identificarse con las economías de la presencia, hay que trazar un reparto. Si la fenomenología es un potencial del pensamiento es que, en las investigaciones de Husserl, hay cosas que tomar y que dejar. «El “apriorismo” es el método de toda filosofía científica que se comprende a sí misma»3. Este retroceso transcendental hacia un a priori es lo que, en la fenomenología, hay que retener. ¿Pero qué a priori y qué retroceso transcendental? ¿Y qué es lo que hay que dejar? Siguiendo el hilo conductor de la temporalidad, veremos que el a priori se metamorfosea a medida que se constituye el asunto propio de la fenomenología heideggeriana.

El mejor acercamiento será el preguntar cuál será la noción de tiempo que, según Heidegger, prevalece en Husserl4, y de oponerla después a la determinación existencial (según la cual el asunto de la fenomenología es el «sentido» del ser) historial (según la cual este asunto es la «verdad» epocal del ser) y acontecimental (según la cual ella es la «topología» del ser). Para un pensamiento enteramente entregado a las relaciones entre ser y tiempo, no puede haber otro criterio para distinguir la realidad y la posibilidad de la fenomenología, para poner en evidencia la ambivalencia del discípulo en relación con el maestro, y sobre todo para dirigir la fenomenología a su propio terreno de elección, las economías de la presencia. He aquí los jalones según los cuales pretendo esbozar la trayectoria que «abandona la dimensión de la conciencia» para conducir a «lo que es otro que el hombre, a saber el claro del ser»5.


  1. SD 90/Q IV 173. 

  2. SZ 38 / ET 56 sig

  3. SZ 50 n. / ET 72 n. 

  4. En los comentarios sobre Husserl que siguen, me baso sobre todo en Cartesianische Meditationen und Pariser Vorträge, Husserliana, 1.1, La Haya, 1950, p. 99-121, y Erfahrung und Urteil, Hamburgo, 4a ed. 1972, p, 66 sig. 

  5. VS 124 / Q IV 324.