José Maria de Alejandro, “Gnoseología”
Cuando hablamos de sujeto, no nos expresamos en un sentido lógico (lo que cae bajo la extensión de un predicado), ni en un sentido ontológico (lo que está debajo de las cualidades sensibles y las sostiene).
En una filosofía del conocimiento, sujeto significa algo estrictamente crítico, y puede significar o la persona que conoce (suppositum cognoscens, sujeto remoto de todo conocimiento), o la potencia que conoce (potentia cognoscitiva, sujeto próximo de conocimiento), o el mismo acto de conocer (actus cognitionis, sujeto inmediato cognoscitivo). En nuestra opinión, el sujeto gnoseológico esencial es el sujeto como persona que conoce, aunque para los análisis críticos tengamos que acudir necesariamente a la potencia y al acto. Nuestra opinión se funda en la convicción de una mayor humanización de la Gnoseología, so pena de dejar la solución navegando en una nube imprecisa de presupuestos inconvincentes.
A su vez, el término objeto tiene un sentido estrictamente filosófico y un sentido crítico. En un sentido filosófico significa cualquier realidad en su peso específico ontológico; mas en su sentido crítico significa todo aquello que se opone (ob-icitur) al sujeto en su sentido crítico-gnoseológico. El sentido, pues, de la realidad objetiva como el contrapunto del conocimiento objetivo, es mucho más amplio que el objeto entendido en un sentido elemental filosófico.